El influencer y creador de contenido mexicano Patricio Ramírez, dejó impactadas a las redes sociales tras viajar al fondo del mar en Uvita, al sur del país.
Ramírez, quien tiene 3,1 millones de seguidores en TikTok y más de 43.8 millones de likes en dicha plataforma, ha viajado por varios países de Latinoamérica y hace unas semanas visitó Costa Rica.
En un impresionante video, Patricio descendió a las profundidades del mar costarricense para encontrarse con maravillas naturales de inconmensurable belleza.
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Pese a esto, estuvo cerca de no poder sumergirse debido a distintas circunstancias climáticas que ponían en peligro la integridad de los buzos.
“Estoy seguro que si no hubiera grabado esto, no me creerían. Ahorita me encuentro en Uvita, un lugar hermoso en Costa Rica y el objetivo era adentrarnos al mar en búsqueda de vida marina. Sin embargo, el clima no pintaba bien, estaba todo nublado, había lluvia y la marea era muy fuerte”, indicó al comienzo del video.
Aunque tenía cientos de dudas, el creador azteca cuenta que todo se fue despejando al alistarse para descender hacia el paraíso que se oculta en las aguas del Pacífico nacional.
“El problema es que era ahora o nunca, las expediciones a Isla del Caño no se hacen todos los días y solo 10 buzos son permitidos. Honestamente estaba angustiado de no poder observar este paraíso en sus mejores condiciones pero al alistarme, ponerme mi respirador y aventarme al mar toda mi mente se calmó”, relató.
¿Cómo se sintió al descender a las profundidades del mar?
El joven comenta que los miedos se fueron disipando al descender y presenciar en vivo las bellezas que ofrece la naturaleza.
Pudo ver barracudas, mantarrayas, tiburones y tortugas. Además de vegetación marina y sentir la marea moviendo levemente su cuerpo hasta llegar a lo más profundo posible para admirar lo que ocultan las aguas ticas.
“Fue como si el tiempo se parara y al sumergirme solo quedaba yo con mi respiración. Todos esos ruidos, todos esos pensamientos y todas esas telarañas en la cabeza se esfumaron. Nada importaba más que ese preciso momento, y fue justo ahí cuando sin darme cuenta una escuela de barracudas nadaba junto a mí, eran cientos de ellas. Y conforme más profundo iba, más vida veía: una tortuga, y luego fueron dos. La corriente era algo fuerte, llegamos a lo más profundo: 10 tiburones debajo de mí y al mirar arriba dos mantarrayas gigantes pasaron. No me la podía creer”, narró.
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