Una mujer que soñó durante casi una década con quedar embarazada, asegura sentirse arrepentida de decisión tomada, "Es una pesadilla", dijo esta joven.
Esta mujer, que no reveló su identidad, mencionó que tras 11 años de relación en donde invirtió mucho tiempo intentando ser madre, se separó.
Ella tenía 35 años y se encontraba sola, entonces tomó la decisión de congelar sus óvulos por si a los 40 continuaba soltera poder cumplir su sueño de ser madre con la ayuda de un donante.
La mujer con el paso de los años conoció un nuevo amor y juntos estaban listos para formar una familia, sin embargo, empezaron a surgir los inconvenientes.
Antes de tomar la decisión de buscar un donante de óvulos, la pareja tuvo que pasar por fecundación in vitro, un embarazo natural y un aborto espontáneo.
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A sus 44 años, la mujer pudo quedar embrazada y como era de esperar toda su familia y amigos estaban alegres.
"Yo simplemente no sentí nada cuando tuve a mi bebé sobre mi pecho, no me emocioné como pensé que lo haría y mucho menos sentí ese amor avasallante del que hablan las mujeres", comienza su relato.
Alice, como pidió que la llamaran, gastó cerca de $113 mil dólares en quedar embarazada, sin embargo, indicó no sentir que difrutará el proceso.
Fue entonces que empezó a atormentarse por tener sentimientos antinaturales y poco maternales y por la madre que le tocó a su hija.
Su deseo de ser madre
"Durante mucho tiempo, todo lo que quería en mi vida era poder ser madre. Ahora que mi sueño era una realidad lo sentía como una completa pesadilla de la cual quería despertar y salir corriendo muy lejos", admite con cierta culpa.
Además, reveló sentir ansiedad, horror, miedo, dolor y miseria por el descontrol de hormonas.
También aseguró que cada día se sentía menos preparada, ya que con los tratamientos fallidos los objetivos iban cambiando.
"Primero deseaba con locura un hijo, al final simplemente quería quedar embarazada", dijo la mujer.
"Como no sucedía me impedía pensar en cómo sería realmente la vida con un bebé. Sin embargo luego de varias sesiones de terapia y ver como otras madres pasaban por la misma situación pude ir cambiando la manera de verme. La vida es diferente de la que dejamos. No es peor, simplemente es diferente", reflexiona.
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