El Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) ha informado este viernes que la contaminación del agua en el río Barranca ha sido completamente subsanada y que el servicio será restablecido pronto.
Este incidente afectó a 101,000 personas en varias localidades de Esparza y Puntarenas, quienes se quedaron sin suministro de agua desde el sábado pasado.
Según Juan Manuel Quesada, presidente ejecutivo del AyA, las muestras de agua tomadas el miércoles y jueves demuestran que ya no hay contaminación por Mancozeb.
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"Estamos listos para operar de nuevo en la planta potabilizadora. Hoy hemos iniciado el llenado de los tanques y, a partir de mañana 3 de agosto, el agua comenzará a distribuirse de manera gradual", afirmó Quesada.
El presidente también mencionó que el agua probablemente llegará primero a los sectores más bajos de la provincia y luego a los sectores más altos.
Durante la emergencia, los niveles de contaminación en el agua eran alarmantes, alcanzando casi 40,000 microgramos por litro.
Para el lunes, esos niveles se habían reducido a 38,000 microgramos por litro, y el martes se observó una disminución drástica a 629 microgramos por litro.
La regulación establece que los niveles de contaminación no deben superar los 0.1 miligramos por litro.
"Desde el primer día, el AyA ha sido parte de la solución y no del problema. Recordemos que la causa de esta crisis fue un camión cisterna que se volcó el sábado, derramando una gran cantidad de Mancozeb, un fungicida altamente tóxico", explicó Quesada.
"Este producto químico causó una severa contaminación en el río Barranca. En respuesta a esa situación crítica, la institución llevó a cabo una serie de acciones decisivas para mitigar el impacto en las comunidades afectadas".
¿Cómo actuaron las autoridades ante la emergencia?
De acuerdo con la institución, la rápida intervención del AyA fue crucial para evitar la contaminación del acueducto y proteger la salud de más de 100,000 personas.
"Desde un inicio, nos vimos en la obligación de suspender la operación de nuestros sistemas en Puntarenas", añadió el presidente.
"Por supuesto que fue una medida difícil y complicada, pero hoy podemos reconocer que fue la mejor decisión que pudimos haber tomado en ese momento. Gracias a ella, salvaguardamos la salud y la vida de muchísimas personas".
Quesada también destacó que, a pesar de los inconvenientes, la prioridad siempre fue proteger la salud pública.
"Hoy podemos decir que, si bien hemos tenido seis días de filas para abastecernos de agua potable en los camiones cisterna, al menos no son filas de personas enfermas, de adultos mayores enfermos, ni de niños o niñas con problemas en un hospital", explicó.
La emergencia requirió la intervención del AyA y otras instituciones involucradas en la resolución de esta emergencia, cooperación que ha sido fundamental para restablecer el suministro de agua potable en las zonas afectadas, según informaron en conferencia de prensa.
A medida que el servicio se normaliza, las autoridades continúan monitoreando la calidad del agua y asegurando que todas las medidas de seguridad sean mantenidas para evitar futuros incidentes.
Con el agua comenzando a distribuirse gradualmente a partir de mañana, la vida en Esparza y Puntarenas pronto volverá a la normalidad.
La institución se comprometió a actuar rápidamente y con responsabilidad, esto es considerado clave para superar esta crisis, demostrando una vez más la importancia de la coordinación y la preparación ante emergencias.
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