Dixiana Rodríguez, joven de 17 años, emprendió un viaje desde Nosara, Guanacaste, hasta Esparza en Puntarenas.
El recorrido duró alrededor de cinco horas y tuvo que viajar con su mascota ya que no podía dejarla sola en su casa.
El motivo del viaje de Rodríguez era asistir al rezo por el tercer año de fallecimiento de su abuelo, ella realizó este viaje en compañía de su hermano menor y un tío, aparte de “Bendi” quien era su Pug, al que ella consideraba como un hijo, cabe resaltar que la mascota iba en su caja transportadora.
El chofer del autobús de la empresa Alfaro, no permitió que la joven viajara con su mascota al lado, por lo que tuvo que meterlo en el maletero. Inició el viaje 8:30 a.m. y finalizó a la 1 p.m. en todo ese lapso el animal estuvo encerrado y sin oxígeno.
Telediario.cr logró conversar con la joven sobre este tema, “cuando el chofer del bus llegó, me informó que las mascotas sólo podían viajar en la parte de abajo del bus, en el maletero. Yo con todo el pesar del mundo lo tuve que meter ahí, lo dejé en una posición en la que cuando se abriera el maletero pudiera darle el aire y así pudiera respirar”, mencionó Rodríguez.
Dixiana dejó en claro que el conductor le informó que durante el viaje no podía estar parando para revisar el estado de salud de su perro ya que esto atrasaría el viaje, añadió que al darse cuenta de la muerte del animal se puso muy mal.
“El chofer simplemente me dijo que mi perro estaba muy gordo y por eso no aguantó el viaje, en el transcurso del mismo en una parada se subió una muchacha y una amiga me dice después de darse cuenta de lo sucedido que ella escuchó un perro llorando en el maletero”, aseveró la joven.
Al momento de abandonar el transporte público la joven notó que el perro no se encontraba en el lugar donde ella lo había dejado al ingresar, ya que como ella misma menciona se encontraba hasta el fondo del maletero del bus.
“Hasta este momento no he recibido ninguna pronunciación por parte de la empresa, en la mañana me llamó una muchacha diciéndome que estaban muy consternados y que querían pedirme disculpas. Hasta el momento he recibido llamadas de medios de comunicación”, dijo la dueña del Pug.
Asegura que, junto a su familia, realiza los trámites para formalizar la denuncia en contra de la empresa autobusera, con ayuda de una tía ya que ella como se ha mencionado anteriormente es menor de edad.
“Mi tía al decirme que iba a hacer pública la noticia yo accedí porque quiero hacer conciencia en todas las personas, porque sé que al igual que yo muchos han tenido que pasar por esta situación. Lamentablemente mi perrito no soportó el viaje debido a las condiciones en la que viajaba y lamentaría mucho que algún día otro perro y dueño tengan que sufrir lo mismo”, finalizó Rodríguez, en la conversación con este medio.
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