Desde hace un tiempo en Costa Rica se vieron migrantes que desean cruzar el país o bien quedarse en el.
Familias completas atravesaron a pie la frontera con Panamá hasta el campamento improvisado en un antiguo aeródromo en Paso Canoas, 300 km al sur de San José, y arribaron agotados por la travesía, el calor extenuante y la alta humedad.
En este lugar tomaron alguno de los más de 50 autobuses, que valen 30 dólares por pasajero, hasta la frontera con Nicaragua.
Los que no tienen dinero quedaron varados en una tierra que con lluvias estacionales se torna cada día en un barrizal a la espera de que les manden una transferencia.
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Secuelas del Darién:
El campamento de Paso Canoas, improvisado en mayo del 2023 por el gobierno costarricense, fue un purgatorio para quienes quedan varados tras cruzar la selva panameña.
"Lo más duro que he pasado en toda esta travesía ha sido la selva del Tapón del Darién. Fue muy duro, la verdad, ahí se pasó hambre, trabajo, se ven muchas cosas que nunca pensé ver en mi vida", contó a la AFP el venezolano David Josué Díaz, de 18 años.
La escasa sombra bajo un techo metálico o las carpas fueron un privilegio. En las mañanas para resguardarse del fuerte sol y por la tarde para huir de los aguaceros.
El hambre y las enfermedades digestivas y respiratorias abundan. Una doctora de la ONG Cadena actualmente atiende sin descanso cada jornada.
"Me duele la barriga", expresó Ángel, un niño venezolano de siete años, doblado en el suelo embarrado sobre un cartón.
Con fiebre e infección respiratoria, su madre esperaba que las medicinas hagan efecto, como lo hicieron con Samuel, que jugaba a su lado con un muñeco mientras se recuperaba de la fiebre, los vómitos y la diarrea.
Ángel aún tenía fuerzas para bromear sobre su viaje mientras tosía sin cesar.
Otros niños en mejores condiciones jugaban inocentes en un columpio, ajenos a la miseria que les rodeaba.
¿Cómo es un día de los migrantes?
En la mañana, los migrantes varados recogieron las carpas donde acamparon y limpiaron la zona para que los recién llegados busquen un lugar.
Los que tenían comida cocinaban en ollas heredadas de migrantes anteriores.
En el pueblo, adultos hicieron interminables filas en la oficina de Western Union, donde esperaban que les manden el preciado dinero para comprar el billete que les sacará de allí.
Es una emergencia:
Más de 400.000 migrantes ingresaron a Panamá por el Darién en 2023, más que en todo en el 2022, cuando fueron 248.000, según datos oficiales panameños.
Días después llegaron a Costa Rica en oleadas de 3.000 diarios, según Migración del país.
Unos 320.110 ingresaron a Costa Rica en 2023 hasta octubre, la gran mayoría venezolanos.
"Esta situación amerita declarar una emergencia nacional que se vive en el país debido a la cantidad de personas que están pasando por nuestro territorio", dijo en un decreto que el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves.
Centro para migrantes:
El principal cambio con la Emergencia Nacional fue la apertura, en semanas, del Centro de Atención Temporal a Personas Migrantes (Catem), 11 km al norte de Paso Canoas.
Unos 3.000 migrantes llegarán directo al Catem desde Panamá en autobuses pagos por el gobierno panameño en lugar de dejarlos en la frontera como hasta ahora y evitar la miseria del campamento fronterizo, que será cerrado.
Unos 300 migrantes habitan actualmente el Catem.
"El lugar ya cuenta con lugares adecuados para las actividades de menores, con atención médica, con comedores para los alimentos de las personas", expresó Elías Quesada, subdirector de la Policía de Migración de Costa Rica.
El oficial comentó que Costa Rica trabajó junto a agencias de la ONU como Unicef, Acnur u OIM.
"Aquí tenemos los espacios idóneos", comentó Quesada mientras una docena de niños veían en una pantalla gigante dibujos animados del coyote y del correcaminos.
Aproximadamente unos 200 oficiales custodiarán 24 horas el lugar.
¿Cómo pagan los migrantes los buses?
Los migrantes que tenían dinero para pagar los autobuses hacia Nicaragua sigueron sin demora su viaje.
Pero quienes no lo tenían dinero, pudieron esperar a conseguirlo en un recinto techado, con habitaciones con literas y colchones para menores, ancianos o enfermos.
Además tuvieron atención médica y comidas, duchas y baños, incluso una oficina de Western Union, esencial para recibir dinero en medio de la selva costarricense.
La venezolana Esmeralda Cuica afirmó a la AFP que agradeció estar en el Catem y no en Paso Canoas, donde permaneció varios días antes.
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