Después de la reforma parcial a la Ley de Tránsito, que comenzó a aplicarse el pasado 17 de julio, 28 conductores recibieron una sanción por negarse a que les hicieran la alcoholemia con la que se pretendía determinar si manejaban tomados. Debido a las fiestas navideñas y de fin de año, esta es una época en la que, según las autoridades, el alcohol en carretera es algo muy común.
La reforma establece una sanción de ¢306.850, es decir, una multa tipo A, para las personas que no se hagan la prueba. Los conductores ticos saben que están expuestos a esta situación, y por esta razón, prefieren evitar la infracción.
Entre enero y octubre se efectuaron 21.248 alcoholemias para detectar conductores ebrios, lo que representa un promedio diario de 71 pruebas al dia.
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