Cuidar el bienestar emocional de nuestros hijos es una tarea crucial para su desarrollo y felicidad.
En ocasiones, los niños y adolescentes pueden enfrentar situaciones difíciles que los lleven a experimentar tristeza o ansiedad, y es fundamental estar atentos para diferenciar estas emociones.
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Diferencia entre tristeza y depresion infantil
María Jiménez, psicóloga especialista en terapia infantil, destaca que la tristeza es una emoción común y temporal que todos hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas. Sin embargo, es importante que los padres estén a los cambios en el comportamiento de sus hijos, ya que la tristeza prolongada y persistente podría ser un signo de depresión infantil.
La tristeza en niños y adolescentes suele manifestarse a través de cambios en el sueño o la alimentación, pérdida de interés en actividades cotidianas, irritabilidad, llanto y negatividad, entre otros.
Si los niños reprimen sus emociones, podrían desarrollar malestar emocional y somatizar, convirtiendo problemas emocionales en síntomas físicos.
Es fundamental que los padres brinden un espacio seguro para que sus hijos puedan expresar sus emociones y hablar sobre lo que sienten. De esta manera, los niños aprenderán a manejar sus emociones de forma saludable y podrán resolver las situaciones que los sucedan.
Signos de depresión en niños y adolescentes
María Jiménez destaca que la depresión infantil es más que una simple tristeza, y puede durar más de dos semanas, disminuyendo el funcionamiento personal y social del niño o adolescente.
Algunos de los signos más claros de un cuadro depresivo incluyen una tristeza persistente y abrumadora, estado de desesperanza, pérdida de interés en actividades cotidianas, aislamiento social, cambios en el desempeño académico y pensamientos de muerte.
Ante la presencia de estos síntomas, es crucial buscar ayuda profesional y brindar un acompañamiento afectuoso y comprensivo al niño o adolescente afectado.
Prevención del trastorno de ansiedad
Hoy en día, la ansiedad en niños y adolescentes está relacionada con la sobrecarga de estímulos y la inmediatez del mundo actual.
La sobreexposición a dispositivos electrónicos y la sobreestimulación pueden desencadenar un trastorno de ansiedad en algunos casos.
Los padres deben promover un ambiente tranquilo y equilibrado para sus hijos, fomentar rutinas que incluyan descanso y desconexión de fuentes estresantes.
Es importante validar los sentimientos y preocupaciones de los niños, y brindarles herramientas para enfrentar situaciones estresantes de manera asertiva.
Fomentar la comunicacion emocional
La empatía y la escucha activa son fundamentales para que los niños se sientan comprendidos y apoyados.
Es importante que los padres ayuden a sus hijos a reconocer y nombrar sus emociones, y a reflexionar sobre soluciones efectivas para afrontar situaciones estresantes.
Terapia psicológica y apoyo familiar
La terapia psicológica temprana puede mejorar significativamente los resultados en estos casos.
El apoyo de la familia es fundamental durante el proceso de terapia. Los padres pueden participar en sesiones terapéuticas para comprender mejor las necesidades emocionales de sus hijos y brindarles el apoyo adecuado en su recuperación.
Valoración médica en casos específicos
En algunos casos, podría ser necesario el apoyo de un médico psiquiatra que valore la necesidad de complementar la terapia psicológica con medicamentos antidepresivos o ansiolíticos.
La combinación de medicación y terapia puede ser efectiva en ciertos casos.
La comunicación, la empatía y el acompañamiento son fundamentales para ayudar a los niños y adolescentes a enfrentar los desafíos emocionales y alcanzar una vida plena y saludable.
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