El gobierno de Filipinas decidió ordenar la destrucción de un Ferrari 360 Spider, color azul celeste, debido a que sus dueños intentaron pagar menos impuestos de los que les correspondían.
Según lo expuesto por el medio Gulf News, este automóvil deportivo fue declarado por su propietario como autopartes y no como un carro completo, lo que provocó que el gobierno diera la orden de destruirlo.
Aunque al Ferrari se le removieron algunas piezas, la pérdida económica fue elevada, pues el automóvil tenía un valor de 7 millones de pesos filipinos, aproximadamente 137 mil dólares.
Tenía un motor V8 con 400 caballos de fuerza, era descapotable y podía alcanzar los 290 kilómetros por hora.
El año pasado en este país se destruyeron en presencia del presidente filipino, Rodrigo Duterte, 68 autos y 7 motos exclusivas, es decir destruyeron un aproximado de 5.5 millones de dólares.
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