Los arqueólogos en México volvieron a descubrir la cueva Balamku, ubicada en el sitio arqueológico de Chichén Itzá en la península de Yucatán, donde se encontraron cientos de artefactos arqueológicos, principalmente incendiarios, que indican un uso ritual en la época prehispánica.
La cueva la descubrieron hace 50 años por un grupo de campesinos mayas y se cerró de inmediato, según los especialistas.
Guillermo de Anda, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, dijo que fue el descubrimiento más importante en el área desde el descubrimiento de la cueva Balamkanche, en la década de 1950.
Cientos de los artefactos están en perfectas condiciones, poseen información relevante sobre la formación y caída de la antigua ciudad maya.
Los incendiarios y vasijas contenían, entre otras cosas, restos carbonizados de alimentos, semillas, jade, conchas y huesos que los antiguos mayas ofrecían a sus dioses. La exploración de la cueva ha sido preliminar sin ninguna excavación y, hasta ahora, no se descubre la presencia de ningún resto humano.
En lenguaje maya, Balamku significa "dios jaguar", en referencia a los divinos mayas asociados con este animal mítico.
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