LAS VEGAS. — El presidente Donald Trump y su rival demócrata Joe Biden se lanzaron el domingo a la ofensiva con actos de campaña en estados en los que buscan revertir la preferencia electoral durante los comicios del 3 de noviembre, que se encuentran a sólo dos semanas de distancia.
Trump comenzó su jornada en Nevada, con una inusual visita a una iglesia antes de acudir a un evento de recaudación de fondos y a un mitin por la tarde en Carson City. Alguna vez considerado un estado sin clara preferencia política, Nevada no ha favorecido a un candidato presidencial republicano desde 2004.
El mitin atrajo a miles de simpatizantes que estuvieron uno al lado de otro, vitoreando a Trump y abucheando a Biden y a la prensa. La gran mayoría no portó mascarilla para protegerse del coronavirus. El mandatario, como lo hace frecuentemente, advirtió que elegir a Biden resultaría en mayores confinamientos y en un momento pareció burlarse del exvicepresidente por decir que haría caso a los científicos.
“Si yo hubiera escuchado por completo a los científicos, hoy en día tendríamos un país que estaría en una enorme depresión", dijo Trump.
Biden, católico practicante, asistió a misa en Delaware antes de un acto de campaña en Carolina del Norte, donde un demócrata no ha ganado en la contienda presidencial desde Barack Obama en 2008.
Los dos candidatos intentan lograr avances en estados que podrían ayudarles a asegurar la victoria, pero las dinámicas de la contienda son notablemente estables. Biden goza de una importante ventaja en las encuestas a nivel nacional, mientras que tiene un margen más estrecho en los sondeos en estados disputados.
Con Trump en primera fila en la Iglesia Internacional de Las Vegas, que es no confesional, la pastora Denise Goulet indicó que Dios le dijo que el presidente es su favorito y que obtendría un segundo mandato.
“A las 4:30, el Señor me dijo: ‘Voy a darle a tu presidente un segundo triunfo’”, contó, y le dijo a Trump: “Usted será presidente de nuevo”.
Trump dijo “me encanta ir a las iglesias” y consideró un “gran honor” asistir a la ceremonia. El mandatario también indicó que “tenemos a un grupo del otro lado que no está de acuerdo con nosotros”, y exhortó a la población a “salir el 3 de noviembre o antes” a votar.
Dejó varios billetes de 20 dólares en el plato de las limosnas antes de salir del lugar.
Trump también acudió a un evento de recaudación de fondos en una residencia de Newport Beach propiedad del importante donante republicano y magnate de la industria tecnológica Palmer Luckey, quien recaudó 12 millones para su elección. Los Beach Boys estuvieron a cargo del entretenimiento.
El mensaje fue muy distinto por la tarde, cuando Biden acudió a una discusión virtual con líderes religiosos afroestadounidenses de todo el país.
El exvicepresidente sostuvo un rosario, que dijo siempre lleva en su bolsillo, y lo describió como “lo que los irlandeses llaman un rosario de prisionero”, debido a que era lo suficientemente pequeño para ser contrabandeado al interior de las cárceles.
“Sucede que soy católico”, dijo Biden. “No rezo para que Dios me proteja. Rezo para que Dios me dé la fuerza para ver los problemas que enfrentan otras personas”.
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