Las apuestas y los conciertos de country eran parte de las grandes aficiones de Stephen Paddock, quien invertía gran parte de su jubilación en los casinos y salas de juego.
Paradójicamente, eso que lo hacía feliz se convirtió en el escenario perfecto para que este domingo él fuera el principal protagonista de una tragedia que dejó 58 personas fallecidas y cientos de heridos.
Aunque Paddock pasaba por un contador jubilado como cualquiera, en los casinos no era un simple jugador. Tan solo en las últimas semanas se jugó unos $70 mil en Las Vegas (más de ₡40 millones).
"No es como tú o como yo, él juega al póker de altas apuestas. Me enviaba mensajes de texto diciendo que ganó 250.000 dólares en el casino", expresó Erick Paddock, hermano del presunto asesino.
El familiar de Paddock, en declaraciones al Washington Post, también mencionó que mostró al FBI un total de tres años de intercambio de mensajes de texto con el aparente atacante, para demostrar que desconocía por completo que Stephen tuviera deudas de juego o estuviera preocupado por cuestiones financieras.
Además de su trabajo como contador, Paddock contaba con inversiones en el sector inmobiliario, lo cual le permitía costear sus apuestas.
Las investigaciones de las autoridades arrojaron que el hombre no poseía adicciones provocadas por traumas de su infancia o algún tipo de problema mental.
Vivía con una mujer identificada como Marilou Danley, en una comunidad de jubilados en Nevada. A Danley inicialmente se le implicó con la masacre, pero luego se confirmó que no tenía relación, pues actualmente, se encuentra en Filipinas.
Según confirmó un oficial a CNN, Paddock compró una serie de armas, no obstante, se cree que ninguna de esas está entre las 10 que se encontraron en la habitación del hotel y casino Mandala Bay.
De acuerdo con los registros que se obtuvieron de su domicilio, trascendió el hallazgo de 18 armas, municiones y posible material para explosivos.
De todo lo que rodeaba la vida de Paddock, únicamente el suceso que dejó sin vida a más de 50 asistentes al concierto y estos registros de armamento muestran su capacidad para cometer uno de los tiroteos más mortíferos de la historia de Estados Unidos.
Por ahora, los motivos para efectuar tan atroz hecho están sin respuesta.
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