El presidente de Haití, Jovenel Moise, fue asesinado a tiros este miércoles en su casa.
Ante esto, las fuerzas de seguridad de Haití se enfrentaron en un tiroteo con los sospechosos de asesinar a Moise y herir a la primera dama.
Las autoridades mataron a cuatro de los "mercenarios" y capturaron a otros dos, según informó el director general de la fuerza, León Charle, quien añadió que las fuerzas de seguridad no descansarán hasta atrapar a los responsables.
Washington y países de América Latina, repudiaron el asesinato de Moise, entre ellos, el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, quien citó que "ninguna situación política justifica actos criminales de violencia. Solidaridad a su familia y al pueblo haitiano. Que prevalezcan la estabilidad, institucionalidad y diálogo".
El asesinato del mandatario coincidió con una ola de violencia de pandillas en Puerto Príncipe, avivada por una grave crisis humanitaria y por el caos que ha llevado a muchos distritos de la capital a convertirse en zonas prohibidas.
La primera dama, Martine Moise, recibió un disparo durante el ataque.
Haití se encuentra políticamente dividido y enfrenta una creciente crisis humanitaria y escasez de alimentos, por lo que se teme un desorden generalizado.
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