En un trágico suceso que ha conmocionado a la comunidad de Nashville, Tennessee, Brandi Elliott, una madre de 33 años, ha sido acusada de haber ahogado a su hija de siete años en un arroyo de Kentucky.
El incidente ocurrió el pasado 13 de julio en Drake's Creek, un arroyo que atraviesa el condado de Warren, según reportes de medios estadounidenses.
Las investigaciones señalan que Elliott sumergió a su hija bajo el agua hasta que la superficie se llenó de burbujas, en lo que ha sido descrito como un acto deliberado.
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Durante el horroroso momento, Elliott habría ordenado a la niña que permaneciera en silencio, haciendo una perturbadora comparación entre la escena y la captura de "una lubina negra", una especie de pez. Tras la muerte de la menor, Elliott fue detenida y llevada a interrogatorio por la policía local.
¿Por qué decidió matar a su hija?
Durante el interrogatorio, Brandi Elliott explicó que estaba atravesando un mal día y que solo deseaba estar sola, pero su hija no le daba el espacio que necesitaba.
En su declaración, afirmó que no tenía la intención de matar a la pequeña y que solo comprendió la magnitud de lo que había hecho cuando ya era demasiado tarde.
A pesar de los esfuerzos de los socorristas para reanimar a la niña, lamentablemente estos resultaron infructuosos.
Brandi Elliott fue inmediatamente arrestada y trasladada a la cárcel del condado de Sumner, donde permanece sin derecho a fianza mientras enfrenta cargos de asesinato en primer grado.
Según informes de News Channel 5, Elliott fue recientemente ingresada a un hospital tras haber sufrido una grave lesión en la cabeza mientras se encontraba bajo custodia.
Las autoridades penitenciarias han confirmado que la herida no fue causada por otra reclusa, lo que ha generado especulaciones sobre si pudo haber sido autoinfligida o si existe otra causa detrás del incidente.
¿Qué dicen las autoridades?
El origen de la lesión de Brandi Elliott sigue siendo un misterio, y las autoridades continúan investigando para esclarecer los hechos.
Durante su primera comparecencia ante el tribunal, Elliott reveló que ha lidiado con problemas de salud mental desde que su hija tenía dos años, mencionando que había sufrido de depresión posparto por la cual fue medicada. Sin embargo, destacó que en esta ocasión no había sido sometida a ninguna evaluación mental antes del trágico suceso.
Este caso ha dejado una profunda huella en la comunidad de Nashville, que se encuentra consternada por la muerte de la pequeña.
La atención ahora se centra en el proceso judicial que enfrentará Elliott, quien deberá responder ante la ley por la muerte de su hija.
La comunidad y la nación estarán pendientes del juicio, esperando que se haga justicia en uno de los casos más desgarradores que ha sacudido la región en los últimos tiempos.
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