El caso de Luno, el perro que se encuentra retenido en el aeropuerto de Barajas, Madrid hace casi tres meses ha generado polémica en los últimos días.
El pasado 14 de marzo, Luno aterrizó en Barajas junto a su dueña, quien es costarricense. El animal contaba con una prueba antirrábica negativa, pero estaba sin un microchip que es obligatorio en Europa, en todos los animales, y el cual permite su localización en caso de que se pierdan.
Organizaciones contra maltrato animal le dan seguimiento:
El Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA), compartió el hecho mediante sus redes sociales y aseguró que pedirá explicaciones al Gobierno.
“Su caso ha desencadenado una investigación que podría sacar a la luz algo terrible: algunos animales podrían estar siendo sacrificados o devueltos a sus países de origen en los Puestos de Inspección Fronterizos de los aeropuertos españoles, a raíz de una presunta aplicación errónea de la normativa europea”, escribió el Partido en la publicación.
Según el Reglamento (UE) del Parlamento Europeo y del Consejo, el animal se tendría que haber propuesto una cuarentena con la correspondiente vacunación.
De acuerdo con medios internacionales, se propuso su reexpedición o sacrificio, algo que es ilegal en España si el animal está sano.
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