Un hombre llamado Daniel Alberto Alegre fue condenado con cadena perpetua por violar, torturar y matar a un menor de 12 años, Ramón Ignacio González, en el 2006 durante un ritual satánico en Argentina.
Ramón, vendía estampitas cerca de una vieja estación de trenes. La última vez que fue visto se dirigía a la escuela, pero no llegó a ella.
Un grupo de al menos 10 hombres lo secuestró y otra niña también fue retenida. La menor fue quien testificó en contra de los acusados.
El fallecido fue hallado en un pastizal con quemaduras de cigarrillos, golpes, el cuero cabelludo arrancado, degollado y con signos de abuso.
La última persona capturada del grupo de los diez implicados en el hecho, estuvo durante cinco años prófugo. No fue hasta el año 2011, que se halló mientras utilizaba una identidad falsa y laboraba como inspector de tránsito.
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