En la ciudad rusa de Chelyabinsk, la alegría navideña se transformó en tragedia cuando un hombre disfrazado de Santa Claus perdió la vida tras caer desde el piso 24 de un edificio.
Este incidente ocurrió durante un espectáculo festivo organizado por una empresa local, que había planeado un evento en el que un intrépido "Ded Moroz" (el equivalente ruso a Santa Claus) debía escalar el edificio para entregar regalos a los niños congregados.
El protagonista de esta dramática historia, un escalador profesional de 25 años cuya identidad aún permanece desconocida, enfrentó un fatal desenlace cuando las cuerdas que lo sostenían se enredaron al alcanzar la altura del piso 24.
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A pesar de su destreza en la escalada, el hombre se soltó y cayó al vacío, un trágico suceso que fue captado en video.
En un primer momento, los asistentes, entre ellos la esposa y el hijo del fallecido Santa Claus, creyeron que el incidente formaba parte del espectáculo.
Voces entre la multitud expresaron su incredulidad: "No se cayó, ¿o sí?" y "Ahora saldrá a saludar. No pudo haberse caído". Sin embargo, la realidad de la tragedia pronto se hizo evidente, sumiendo a los presentes en un estado de conmoción.
Testigos del evento relataron cómo algunos padres, preocupados por la confusión de sus hijos, abandonaron el lugar. Uno de ellos comentó: "Mi hijo no entendía nada".
Otros lo entendieron y se fueron histéricos. Naturalmente, todos los padres están conmocionados". La esperanza de que lo que había caído fuera un muñeco y no una persona se desvaneció cuando la cruda realidad se hizo palpable.
La empresa organizadora del evento emitió disculpas y confirmó que el escalador era un "especialista experimentado".
Calificaron el incidente como terrible e impredecible, ofreciendo apoyo a la policía, que está llevando a cabo una investigación exhaustiva sobre las circunstancias del accidente.
¿Qué comentaron las redes al respecto?
En las redes sociales, algunos usuarios expresaron su consternación y desconcierto ante el video del incidente.
Mientras algunos sospecharon que las risas provenían de la incredulidad, otros condenaron la aparente insensibilidad de quienes presenciaron el trágico suceso.
Comentarios como "Estamos muy mal", "La gente no está bien de la cabeza, uno menos" reflejan la conmoción y la indignación ante esta inesperada y desgarradora pérdida durante lo que debería haber sido una celebración alegre.
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