Una jefatura religiosa de la ciudad de Rancagua, al sur de la capital chilena, suspendió el martes a 14 sacerdotes de sus funciones para determinar si incurrieron en "conductas impropias", en un caso más que profundiza la crisis por la que atraviesa la Iglesia Católica del país sudamericano.
La medida se determinó tras un conclave de los 68 sacerdotes de la diócesis de Rancagua, que conoció denuncias de víctimas y medios locales sobre supuestos abusos sexuales y actos impropios cometidos por miembros del clero contra menores bajo una organización denominada "La Familia".
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"Lamentamos profundamente cualquier acto o situación que atente contra los valores y principios que sustentan a nuestra Iglesia Católica y queremos manifestar nuestra solidaridad con las víctimas", dijo el comunicado de la diócesis de Rancagua.
El Gobierno chileno calificó de la máxima gravedad el nuevo caso que sacude a la iglesia y El Papa aún no ha dicho si aceptará alguna o todas las renuncias de los 34 obispos, una medida que determinaron los miembros del clero tras la cita con el Sumo Pontífice y que es algo inédito, ya que nunca todos los prelados católicos de un país habían ofrecido hacerse a un lado.
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