BOISE. — Las autoridades de Estados Unidos publicaron un ambicioso plan para eliminar o cambiar la vegetación en una enorme franja del oeste del país, con el fin de detener los devastadores incendios forestales en tierras utilizadas para la cría de ganado, la recreación y el hábitat de un ave amenazada y vistosa: el urogallo de las artemisas.
El plan publicado el viernes por la Oficina de Administración de Tierras del Departamento del Interior de Estados Unidos tiene como objetivo limitar los incendios forestales en un área de más de 900 mil kilómetros cuadrados (350 mil millas cuadradas) de hábitat compuesto principalmente por vegetación autóctona y que incluye partes de California, Nevada, Utah, Idaho, Oregón y Washington.
El plan, que costó alrededor de 2 millones de dólares, se originó durante el gobierno de Barack Obama, cuando los funcionarios intentaron evitar incluir al urogallo como protegido bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción, algo que podría haber limitado gravemente la minería, la ganadería y la recreación.
Los gigantescos incendios de bosques y pastizales en las últimas décadas han destruido vastas áreas de ecosistemas de estepa de artemisa y otros arbustos que albergan unas 350 especies de vida silvestre. Los expertos dicen que las llamas han sido impulsadas principalmente por la hierba “cheatgrass” (Bromus tectorum, una especie herbácea perenne conocida también como espiguilla), una especie invasora que depende del fuego para extenderse a nuevas áreas mientras mata plantas nativas, incluida la artemisa de la que depende el urogallo.
El urogallo nunca se incluyó en la lista de especies en peligro, pero sigue bajo amenaza. El gobierno del presidente Donald Trump, aunque evitó las restricciones a la minería y otras industrias extractivas, siguió adelante con los esfuerzos para controlar las llamas gigantes que normalmente también destruyen los pastizales que necesitan los ganaderos.
“La restauración de las comunidades de artemisa mejora la sostenibilidad de los pastizales y puede reducir el crecimiento de pastos anuales invasores”, dijo en un comunicado el subdirector de políticas y programas William Perry Pendley. “La gente de la Gran Cuenca depende de estos paisajes para su sustento y recreación, y la vida silvestre depende de ellos como hábitat”. La Gran Cuenca comprende la mayor parte de Nevada, el occidente de Utah y partes de California, Oregón, Idaho y Wyoming.
El plan publicado el viernes no autoriza ningún proyecto específico. En cambio, su análisis puede usarse para aprobar tratamientos para proyectos que involucran incendios prescritos, cortafuegos —brechas sin vegetación y otros materiales combustibles— y otras medidas para prevenir o limitar incendios masivos que han empeorado en las últimas décadas.
Los administradores de tierras de Estados Unidos generalmente analizan los proyectos propuestos escribiendo declaraciones de impacto ambiental para evitar dañar inadvertidamente algún aspecto del medio ambiente.
El plan publicado el viernes se llama declaración programática de impacto ambiental. Su análisis se puede utilizar para ayudar a aprobar las declaraciones de impacto ambiental “a nivel de proyecto”, sin tener que duplicar estudios anteriores, lo que ahorra tiempo y dinero, dijeron las autoridades.
El plan lanzado el viernes podría llevar a más cortafuegos. Otros tratamientos incluyen la eliminación mecánica de la vegetación, incendios prescritos, pastoreo selectivo de ganado y revegetación.
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