Ante la declaración de independencia de Cataluña, el senado español aprobó la aplicación del código 155, el cual le permite al gobierno intervenir esta región autónoma, que desea separarse definitivamente de España.
La aplicación de esta norma le permite al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, intervenir hasta militarmente, con el objetivo de restaurar el orden en Cataluña, así como la disolución del parlamento catalán.
También España podrá poner bajo su tutela la policía regional y hasta los medios de comunicación catalanes.
La primera jugada de Madrid para disolver los deseos separatistas será destituir al presidente de la Generalitat Catalana, Carles Puidgemont, a quien, incluso, podría enviarlo a la cárcel, al acusarlo de ser un agente que distorsiona el orden público.
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