Kristen Stewart, una de las grandes protagonista de esta edición de los Oscar por su nominación a dos estatuillas, ha impactado en la madrugada del lunes a su llegada a la alfombra roja del Dolby Theater (Los Ángeles).
La intérprete, conocida en las antesalas de los premios por sus elegantes looks de estilo punk, ha optado en esta ocasión por un traje negro compuesto por una americana fluida, camisa blanca y shorts de traje.
Esta última pieza, un pantalón extremadamente corto, ha sido objeto de controversia al saltarse uno de los protocolos de vestimenta dictaminados este año por los organizadores.
La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas ha querido recuperar la formalidad del acto con un estricto dress code.
Para los hombres, esmoquin clásico, para las mujeres, vestidos o trajes por debajo de las rodillas.
En un acto reivindicativo que parece ser deliberado, la intérprete californiana ha decidido ejercer su derecho a vestir libremente al desafiar una de las normas más claras de esta alfombra roja.
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