ESPECIAL.- Gracias a su estreno en Netflix y a la retransmisión en televisión abierta de Yo Soy Betty, La Fea, en México, el romance de Beatriz Pinzón Solano y Don Armando Mendoza volvió a estar en boca de todos y a despertar la emoción que provocó la primera vez que la telenovela colombiana se emitió.
Hace ya 20 años que Fernándo Gaitán, escritor de la telenovela, nos conmovió por primera vez con la original historia de una mujer alejada de todos los estereotipos de belleza que gracias a su inteligencia y personalidad, logró conquistar el corazón de su insensible y mujeriego jefe.
Sin embargo, a pesar de que tanto tiempo ha pasado y de que seguramente la hemos visto en Netflix ya más de una vez, hay escenas que nos siguen pasando desapercibidas sobre la novela y que, quizá, para ser conscientes de ellas, necesitamos que nos refresquen la memoria.
https://mty.telediario.mx/tras-los-famosos/se-venden-por-separado-ya-tienen-su-respectiva-pinata-belinda-y-christian-nodalAlgo así sucede con una escena muy extraña que, seguramente, no recuerdes del todo, o que esté ahí como una pequeña lucecita guardada en tu subconsciente. Y es que parece ser que, aunque se trate de algo bastante impactante, muchos parecen haber olvidado: Nicolás Mora y Betty se dieron un apasionado beso durante uno de los episodios de la telenovela.
Todo sucede luego de que Betty se entera de las verdaderas intenciones de Don Armando y que comienza su plan para vengarse de él por haber jugado con sus sentimientos, sin saber que su jefe comenzó a enamorarse verdaderamente de ella.
Después de leer esa fatídica carta, Betty decide hacer lo imposible por atormentar a Don Armando con la posibilidad de que Nicolás Mora logre arrebatarle su empresa, sin embargo, al neurótico jefe hace mucho que eso dejó de importarle, pues comenzó a experimentar celos reales por el amor de su asistente.
Es por eso que una noche, el presidente de Ecomoda tiene un horrible sueño en el que podemos observar a Betty y a Nicolás besándose apasionadamente en un carro, sin escuchar los ruegos de Don Armando, quien mientras los observa pide desesperado a Beatriz que pare.
Don Armando despierta luego a lado de Marcela, gritando el nombre de Betty, por lo que tiene que mentir a su prometida diciéndole que el sueño trataba de que le quitaba la empresa.
Por supuesto nada de esto sucedió en la realidad, pues Betty y Nicolás eran solo muy buenos amigos y ninguno mostró en ningún momento un real interés amoroso en el otro, aunque Don Armando estaba obsesionado con que así era.
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