Tras el terremoto que dejó cientos de personas fallecidas y miles de damnificados y heridos, las historias de sobrevivientes también se propagaron e hicieron eco en todo el mundo.
Uno de estos testimonios es el de un sobreviviente muy particular: Jacinto, un perro que espera a su dueño sobre los escombros que dejó el sismo.
La historia comienza el día del sismo, el pasado 19 de septiembre, cuando Antonieta Pérez, de 85 años, salió de su casa, la cual se ubica en el municipio de Atzitzihuacán, rumbo a su patio, para alimentar a un burro. En medio de la labor, comenzó a sentir el sismo. Su hogar sufrió las consecuencias del movimiento y se derrumbó con su esposo adentro, don Trinidad, de 97 años, quien quedó bajo la estructura.
En las labores de rescate, Manuel Rivera, uno de los brigadistas de la fundación Marabunta, acudió a la zona para ayudar con víveres. Fue en ese momento que se dio cuenta que la mascota de don Trinidad se mantenía casi sin fuerzas, en el suelo, a lado de lo que quedaba del recinto.
Intentaron varias veces retirarlo, y a pesar de los intentos, el perro siempre volvía a colocarse en el mismo lugar.
Al observar la situación, doña Antonieta, mencionó: “ya déjenlo, es el perro de mi esposo. Pobrecito, él se iba todos los días a la milpa con mi viejito y en las tardes regresaban juntos. Él está muy triste porque ahí fue donde falleció mi marido. Se le cayó la casa encima. Por eso está triste. Desde el temblor lo encontramos ahí y desde entonces no se ha movido”
La fidelidad del can ya es comparada con la del famoso Hachiko, el perro que espero por años a su dueño fallecido en la estación del tren, por esta razón lo bautizaron como el "Hachiko Poblano".
Manuel Rivera cerró diciendo: "por más que lo movíamos para seguir retirando los escombros, regresaba y reposaba justo en el lugar donde su amo, de 97 años de edad ,perdió la vida. Esta es la muestra más grande de amor y fidelidad de un perro a su amo fallecido".
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