Warner Rojas destaca los principales desafíos del rescate en Pico Blanco

Montañista experto, Warner Rojas, detalla desafíos extremos para salvar sobreviviente.

    Condiciones de suelo y meteorológicas eran adversas según relatos.
Costa Rica /

Las condiciones meteorológicas, así como las geográficas de Pico Blanco, pusieron a prueba la capacidad y experiencia de los equipos de rescate este lunes 25 y martes 26 de noviembre. 

La montaña, azolada por precipitaciones por dos semanas continuas, se convirtió en un escenario hostil donde cada paso representaba un riesgo para rescatistas y sobreviviente.

El accidente ocurrió en un momento particularmente desafiante para la zona montañosa de Escazú que ya acumulaba varios incidentes previos. Los equipos de emergencia enfrentaron el rescate aéreo y las secuelas de un temporal que había transformado los senderos en trampas naturales.

¿Cuáles desafíos enfrentaron los rescatistas?

Warner Rojas, montañista con amplia experiencia en Pico Blanco, describe un panorama donde el barro, la humedad y el frío se combinaron para crear condiciones extremadamente peligrosas. El veterano montañista, residente en las faldas de la montaña, fue testigo de los difíciles temporales en la zona.

"Pico Blanco más en los días que ha estado, tiene 15 días de estar lloviendo; yo vivo aquí al pie de la montaña y tiene 15 días de estar lloviendo. Estos días atrás, hubo dos días que hizo medio buen clima", indicó.

Además de la oscuridad nocturna, la baja temperatura se convirtió en un enemigo adicional para la sobreviviente Paola Amador, quien además de sus lesiones físicas, enfrentaba un estado de shock que aumentaba su vulnerabilidad ante las condiciones temporales adversas.

"No solamente el frío físico que se tiene y que se siente, sino que esta muchacha está en shock, está en una situación complicadísima que hace que se tenga un montón de emociones y esto hace que el cuerpo sea más vulnerable al frío", comentó.

¿Cómo rescataron a Paola Amador?

La experiencia de Rojas fue fundamental para establecer una estrategia de rescate efectiva. Ante la confusión inicial sobre la ubicación exacta de la aeronave, los equipos debieron evaluar cuidadosamente las rutas de acceso más seguras en un terreno que no permitía errores.

"Cuando yo llego a la entrada principal de Pico Blanco —Pico Blanco tiene varias entradas— y me encuentro con Bomberos [...]. Lo que hicimos es ordenar la situación y empezamos a buscar las opciones de entrada para ver cuáles son los accesos de mayor seguridad", relató.

A esto se le suma que los rescatistas tuvieron que extremar precauciones porque los senderos, estrechos y resbaladizos, presentaban obstáculos adicionales como árboles caídos. Un simple resbalón podría resultar en lesiones graves tanto para las personas como para la sobreviviente que intentaban proteger.

"El riesgo que había ahí era bastante alto porque es muy incómodo. Apenas abren ciertos sectores, pasa uno donde han habido caída de árboles, está resbaloso... entonces, que haya una caída donde perfectamente se pudo haber quebrado un rescatista era muy latente, muy rápido que pudiera suceder. Incluso, la persona que está herida, que se pueda golpear", explicó.

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