14 años han pasado del terremoto de Cinchona, sismo de magnitud 6,2 que dejó como saldo 27 muertos, decenas de heridos y cuantiosas pérdidas materiales. Una de las costarricenses que nunca olvidará el 8 de enero del 2008 es Ana Cambronero, ya que perdió su hogar, empresa y familia.
- Se cumplen 14 años del terremoto de Cinchona
- Alerta 8
“A eso de las 8:30 de la noche, cuando mi hermana Grace me da la noticia de que toda mi familia había quedado sepultada en la soda. Fueron momentos muy difíciles, pero con la ayuda de Dios pude hacerle frente. Cada vez que voy a salir pido ayuda a ellos, de espíritu a espíritu creo que nuestras almas siempre están unidas”, narró a Alerta 8.
Cuando recibió la noticia de la muerte de sus seres queridos el dolor y la tristeza la abrazaron, pero al tiempo comprendió que la misión que Dios tenía con ella en esta vida, era formar parte de la comisión para la reconstrucción de la Nueva Cinchona.
“Para mí el terremoto de Cinchona no es una tragedia, es una bendición. Creo que todos tenemos una luz dentro y tenemos que hacerla brillar mientras estemos vivos”, indicó.
El movimiento telúrico no sólo asustó a los vecinos de Cinchona, Vara Blanca, Poasito y Cariblanco, sino también a quienes se encontraban en la capital, tal es el caso del doctor William Paer y su hija Jill.
“Estábamos en una entrevista y todo el cuarto comenzó a moverse. Al principio pensé que era un temblor como los otros, pero pasando tres o cuatro segundos me di cuenta que la intensidad fue otra”, explicaron.
Después de la emergencia muchas familias quedaron en la calle y pocos sabían cómo enfrentar esta situación, pero el esfuerzo de un país y la voluntad de un pueblo dieron frutos y hoy tenemos la Nueva Cinchona, donde habitan con paz y tranquilidad los damnificados.
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