El 26 de julio, se registró una situación bastante inusual en las carreteras del cantón de Escazú. Un vehículo de color negro transitaba por la calle con objetos blancos en sus manos, y sus ocupantes estaban pidiendo paso a los demás conductores.
La razón de la urgencia era alarmante, una niña de solo 4 años estaba convulsionando dentro del vehículo. Los padres de la menor estaban intentando llegar al Hospital Nacional de Niños lo más rápido posible para evitar una tragedia, y la situación se volvía cada vez más crítica debido al congestionamiento en las calles.
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Ante esta emergencia, los padres de la niña llamaron al número de la Policía Municipal de Escazú, 1-2-1-3, para pedir ayuda inmediata. Un oficial motorizado respondió rápidamente a la llamada y se dirigió al lugar para escoltar el vehículo hasta el hospital.
La niña, que continuaba en una situación crítica, fue ingresada de inmediato en el Hospital Nacional de Niños, donde los médicos comenzaron a brindarle atención urgente para salvarle la vida. La intervención oportuna de la Policía Municipal y la rápida respuesta del personal médico fueron cruciales en este momento crítico.
Se presentó una situación similar hace tres años
En diciembre de 2021, la Policía Municipal de Escazú enfrentó un caso muy parecido. En esa ocasión, una niña de apenas 5 años logró pedir ayuda a través de los cristales de un local comercial en el que estaba atrapada.
Los oficiales de la Policía Municipal respondieron con rapidez y eficacia, forzando la entrada del establecimiento para rescatar a la menor.
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Tras evaluar su estado de salud, la niña fue trasladada a la base de la policía. De inmediato, se informó del incidente al Patronato Nacional de la Infancia (PANI), que asumió la custodia de la niña.
Durante una revisión adicional del local, los oficiales encontraron al supuesto padre de la pequeña en el segundo piso, incapaz de moverse debido a lo que parecía ser una intoxicación por alcohol. No se obtuvo información sobre la madre en ese momento.
¿Qué hacer si un niño tiene una convulsión?
Las convulsiones febriles afectan a niños de 6 meses a 5 años de edad. Son más frecuentes en los niños de 12 a 18 meses. La mayoría de los niños dejan de tener convulsiones febriles en torno los 5 años de edad.
Las convulsiones febriles no se consideran una forma de epilepsia, pero los niños que hayan tenido un episodio de convulsiones febriles tienen un riesgo ligeramente superior de desarrollar epilepsia.
En este tipo de convulsiones, un niño puede:
- Tener temblores, agitarse y retorcer todo el cuerpo.
- Poner los ojos en blanco.
- Gemir o quejarse.
- Perder la conciencia (o desmayarse).
- Vomitar u orinar durante la convulsión.
Si su hijo tiene un episodio de convulsiones febriles, mantenga la calma y:
- Coloque al niño con suavidad en el suelo.
- Retire cualquier objeto cercano.
- Acueste a su hijo sobre un costado para evitar que se asfixie.
- Aflójele cualquier prenda de ropa que lleve alrededor de la cabeza o del cuello.
- Fíjese en si presenta signos de dificultades para respirar, incluyendo que el rostro se le ponga azulado.
- Trate de registrar cuánto tiempo dura el episodio convulsivo.
- No intente sostener, retener o contener a su hijo.
- No le meta nada en la boca.
- No intente darle medicamentos para bajarle la fiebre.
- No trate de darle un baño de agua fría o tibia para bajarle la fiebre.
Si el episodio convulsivo dura más de 5 minutos o el niño se pone azul, podría tratarse de un tipo de convulsión más grave.
Nota por Mauricio Bruno
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