Mujer que perdió a hijo y esposo ahogados en Guácimo describe a su pareja

Niño era el varón mayor de seis hermanos; mientras el hombre tenía cinco hijastros y una hija.

    Mujer relata momentos de dolor (cortesía).
Costa Rica /

El lunes 18 y martes 19 de noviembre se hallaron dos cadáveres en el cantón de Guácimo, Limón. Los cuerpos fueron identificados como Keider Zeledón Cortés, de 9 años, y Diego Gipson Alvarado, de 36, quienes mantenían una relación de padrastro e hijo, según aclaró la familia.

Ambos fueron reportados como desaparecidos ante las autoridades desde el sábado 16 de noviembre, pero, la búsqueda se complicó. La versión preliminar de las autoridades indica que, supuestamente, la crecida del Río Bosque arrastró a los dos.

Gipson trabajaba como peón agrícola, era padre de una niña pequeña y padrastro de cinco menores. Keider, por su parte, cursaba la primaria y tenía cinco hermanos. Estas muertes se suman a las víctimas fatales por las condiciones temporales en Costa Rica.

Por su parte, Rebeca Cortés quien figura como madre del niño y pareja de Gipson, expresó el profundo dolor que enfrenta tras la  a su hijo devoto y a su compañero de vida. De acuerdo con sus palabras, la tragedia dejó una huella irreparable en su familia y ella.

¿Cuánto dolió las muertes de Diego y Keider a la familia de Rebeca?

Según Rebeca, los decesos de Gipson y el pequeño dejaron un dolor inexplicable en su familia que se intensifica constatemente. Por ello, se martiriza y busca explicaciones sobre por qué vivió dos pérdidas tan fuertes en tampoco tiempo.

"Mucho dolor sabiendo que perdí a mi hijo, perdí a mi pareja [...], es algo que me destrozó... me duele demasiado [...]. Yo siento que no me lo merezco. Le he preguntado mucho a Dios: "¿Por qué? ¿Por qué a mí? ¿Por qué tuvo que ser mi familia? ¿Por qué tuvo que ser mi hijo?", clamó.

Entre sollozos, Rebeca recordó con detalle cómo la conmueve la dedicación y amor incondicional que sentía Diego por sus hijos. En medio de su testimonio, expresó que marcó su vida y que fue el hombre por el que siempre pidió.

"No tengo palabras para decirlo. Era algo... especial, era demasiado bueno, él daba la vida por mis hijos y aún la dio hasta el final... por ellos [...]. Yo decía: "Gracias Dios, gracias por haberme puesto al hombre perfecto en el camino, el hombre que yo siempre quise tener", indicó.
El pequeño Keider era muy apegado a su mamá (cortesía).

La familia extraña Tanto Diego como Keider, ya que solían ser muy unidos. Compartían tiempo y espacio, lo que provoca que ahora, sus recuerdos perduren en la memoria de los seres queridos.

"Mis hijas están sufriendo mucho porque ellos dormían en un cuartito. Una niña dormía con uno de ellos y la otra dormía con el otro, entonces la chiquita que dormía con él (Diego), ella lo siente demasiado porque ya no está su compañero, ya no está el que dormía con ella", confesó.

En paralelo, Rebeca reveló que le hará mucha falta ver a su niño, porque él era muy cercano a ella. Keider era servicial, amoroso y devoto hacia la figura de su madre acorde con la mujer.

"Él (Keider) era tan miedoso... había que tener la luz prendida para que pudiera dormir, era miedoso, era 'mamitis', él sólo caminaba pegado a las faldas mías...Mami, te quiero mucho!... ¡Mami, te amo!" (le decía a Rebeca). Él era tan especial mi niño...", afirmó.

¿Cuáles son las consecuencias de las muertes de Diego y Keider?

La pareja tenía metas familiares que involucraba que Diego fuera a Estados Unidos en búsqueda de una mejor oportunidad laboral. Pese a estos deseos, la tragedia truncó no solo sus vidas, sino también las esperanzas de un futuro más prometedor para su núcleo.

"Estaba feliz, ya decía yo: "Sólo este año trabajo y me dedico a mis niños". Yo había dicho: "Dios mío, mi marido trabaja, si puede irse a Estados Unidos, yo te prometo dedicarme a mis niños, ir a la iglesia, todos los días llevarlos a consagrar ellos en la iglesia", fue la promesa que yo le hice a mi Dios, pero Dios tenía otro propósito para ellos", aseveró.

Los planes incluían establecer un negocio para que Rebeca pudiera dedicar más tiempo a sus hijos, especialmente a su pequeña con autismo. La familia, que reside en una casa propiedad de la finca bananera donde la mujer trabaja, dependía del apoyo de Diego para mejorar su calidad de vida.

"Yo vivo en una casita de cuadrante (suburbio de viviendas hechas y administradas por las bananeras para sus trabajadores). Ya habíamos planeado todo... "mi amor, yo a usted la voy a sacar de trabajar" (le decía Gipson), yo tengo la bebé con él y la bebé me salió con autismo y es una niña que necesita cuido. Me dice: "Yo voy a hacer lo posible por sacarla para que cuide a la bebé y esté con ellos", manifestó.

Aunado a esto, la partida de Keider implicó que la luz de felicidad y confort de la familia se fuera acorde con Rebeca. Keider era un niño enérgico, amable, respetuoso e inteligente: su mayor gusto era jugar al fútbol.

"Era especial, era muy querido por todo el mundo, era un chiquito muy aplicado. Le encantaba... ¡Amaba el fútbol! Era fan de Ronaldo (Cristiano), él cada vez que metía un gol lo celebraba haciendo las muecas de 'El Bicho'. Era inteligente, demasiado inteligente... ¡Sus notas eran súper altas! Inteligentísimo, educado mi niño, él no era un niño vago ni nada, él era un niño de casa", agregó.
Keider solía pedirle a su madre que no fuera a trabajar (cortesía).

Rebeca externó en exclusiva para TELEDIARIO.CR que su hijo era tan dulce que procuraba siempre que ella estuviera lo mejor posible. Dentro de las declaraciones que hizo, están los deseos que tenía Keider, los cuales se detallan en otras notas.


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