José Franklin Hernández Ortíz utilizaba una gorra, cangurera, un cadena y unas tennis el día que lo asesinaron.
Su crimen aún lo investigan, pero se presume que todo inició por la disputa de puestos para vender copos en Matapalo de Quepos.
José vivía con su mamá y tres hermanos en Barrio Sinaí de Pérez Zeledón y hace 10 años vendía copos en el parque, pero la semana pasada viajó con otros coperos a Matapalo en busca de más ingresos.
Sobre el homicidio hay dos versiones; una de ellas la disputa de territorio para vender copos y la segunda sería un asalto, aparentemente motivado por la misma situación.
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Al parecer, José quiso recuperar el dinero porque era para comprar la comida de su mamá y hermanos. Él era el proveedor en casa y su preocupación era que ellos se quedaran sin comer.
José tenía 31 años y según cuenta su madre, cuando era niño le diagnosticaron retardo mental moderado, pero eso no le impidió luchar y logró graduarse como técnico medio en mecánica de precisión y estudiaba Diseño Gráfico, pero la vida no fue fácil para José y su familia.
La madre del hombre cuenta que por muchos años fueron víctimas de violencia doméstica, José volvió a casa y se convirtió en el soporte de la familia y soñaba con darle una casa a su madre y una mejor calidad de vida.
Luego del crimen del copero, la policía detuvo a dos hombres y una mujer como sospechosos, a los sujetos les impusieron 6 meses de prisión preventiva mientras que ella quedó libre.
Los coperos aseguran que prefieren no volver a Matapalo y lamentan la disputa en una zona donde todos luchan por llevar el sustento a casa.
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