Noel Pineda, ese es el nombre del trabajador que estuvo atrapado por más de 16 horas en una alcantarilla entre el 17 y 18 de enero pasados.
Pineda, de 33 años, realizaba labores de mantenimiento en una finca de Tabarcia de Mora cuando quedó atrapado junto a una importante cantidad de escombros en una alcantarilla adjunta a un pozo de agua.
El hombre, quien se recupera de las heridas que sufrió al mantener gran parte de su cuerpo prensado contra los sedimentos, declaró desde su cama de hospital que decidió pedir perdón a Dios pues aceptó su destino.
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De hecho, no pensaba volver a vivir fuera de dicha alcantarilla y prácticamente aceptó su destino mortal; no obstante, el esfuerzo de los rescatistas evitó esa situación.
“Yo le pedí perdón a Dios porque nunca pensé volver a vivir. Diosito ha sido maravilloso para tenerme aquí con vida. Gracias a los doctores también del hospital San Juan de Dios que me han dado mucho apoyo, me han apoyado. Me han chineado, me han cuidado”, dijo.
El caso generó gran expectación en todo el país al esperar que el hombre saliera con bien de una situación tan desesperante y grave.
De hecho, por más de 16 horas se dio cobertura mediática al caso para conocer los detalles y el aspecto vital de Noel.
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¿Cuáles secuelas le dejó el incidente?
Según Luis Estrada, paramédico de rescate, Pineda sufrió una grave afectación en sus riñones debido a la destrucción muscular generada por los escombros.
Es por esto que el trabajador requiere de soporte continuo para sus riñones, pues son los primeros órganos en responder cuando el tejido muscular se ve comprometido.
“La destrucción muscular genera la liberación de varios tipos de toxinas como los uratos, el potasio y el fósforo. Se van acumulando tanto que cuando la persona se libera puede causar muerte inmediata por una sobredosis de potasio”, indicó Estrada.
Sobre la recuperación de Noel Pineda, las autoridades médicas proyectan que va a necesitar un mayor tiempo de atención hospitalaria con terapia y tratamientos.
Pese a esta afectación, los cruzrojistas pudieron evitar efectos mayores pues lograron ingresar paramédicos para proveer al paciente oxígeno y distintos sueros para mantenerlo con vida.
“Va a requerir de tiempo, terapia y muchos tratamientos. Más de 16 horas de trabajo, nuestra preocupación fue esa área tan grande del cuerpo afectada. Se introdujeron paramédicos con sueros, con oxígeno, se le suministró medicamente para detener el proceso de deterioro y así aumentar un poco más las posibilidades de que sobreviviera y las secuelas no fueran tan severas”, concluyó.
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