Hombre víctima de persecución y agresión denuncia inacción por parte del Juzgado Contravencional

Un conductor de Santa Ana relata que vivió momentos de terror luego de que un simple rebase vehicular desencadenara una persecución que culminó en agresión física. 

El incidente, ocurrido en abril de 2023 en un condominio de Pozos de Santa Ana, dejó como saldo una costilla fracturada y cinco días de incapacidad para la víctima.

¿Cómo se desarrolló la agresión?

De acuerdo con el afectado Pablo Zúñiga, todo comenzó con una disputa en carretera. En el instante, por una acción en al volante que resultó confusa para ambos conductores, el presunto victimario decidió seguirlo hasta el portón de su casa.

"Rebasé al señor que venía en un vehículo muy despacio en una recta, en un lugar no peligroso. Cuando percibí que él (el conductor) empezó a ir detrás mío, yo dije '¡Mirá! Vive por mi casa!', todavía no tenía la maldad de ver que era que me estaba persiguiendo", comentó.

Al inicio del altercado, Zúñiga no se percataba que sufriría de agresiones físicas. En su ingenuidad, sólo se preocupó por abrir el portón de su propiedad para ingresar a la propiedad; sin embargo, la estructura le jugó una mala pasada.

"Cuando llegamos a mi casa, yo estoy abriendo el portón eléctrico — el portón de mi casa es un poco lento —, entonces yo veo por el retrovisor en donde él (el agresor) se tira del carro. Entonces yo dije '¡Esto va a ser un problema y yo estoy descapotado! Me van a venir a pegar dentro del carro... es capaz', indicó.

La situación se tornó tensa cuando el otro conductor, en teoría, se decantó por confrontar al denunciante. Se presume que en un par de minutos, Zúñiga pasó de hablar a ser vapuleado por dos adultos.

"Yo me bajé del carro, le pregunto que qué le pasa como en el video se observa. Yo levanto las manos y le digo que qué le pasa y el tipo me comienza a pegar inmediatamente. No sólo él me pega, sino también me pega la esposa... ¡Entre los dos!"

Tras el incidente, Zúñiga acudió a medicatura forense y luego interpuso una denuncia penal por persecución y agresión. No obstante, el caso enfrentó supuestos obstáculos en el sistema judicial costarricense durante los siguientes 18 meses.

¿Por qué el caso no prosperó en la vía penal?

La legislación costarricense establece que una denuncia se considera penal cuando la incapacidad supera los cinco días. Al no cumplir con este requisito, el caso se trasladó al Juzgado Contravencional, donde los agresores únicamente recibieron una multa de ₡90.000.

Ante esta resolución, el denunciante se estaba notoriamente molesto. Según él, las leyes optaron por minimizar lo que sufrió y prefirieron hacer como si nada ocurrió.

"Se llegó a penal, y un juez del Estado dijo que faltaban más daños colaterales que debía tener yo para poder ir a juicio; entonces, se volvió a un juzgado contravensional. Lastimosamente, aquí no existe ningún tipo de pena grande para que una persona que te pega o hasta dos personas como en este caso, tenga ningún tipo de preso o multa ni de nada", narró.

El abogado Juan Acuña explicó para TELEDIARIO que las contravenciones son consideradas como delitos de menor relevancia en el sistema judicial debido a las razones que implican. 

"Las contravensiones explicadas en términos muy sencillos son como 'minidelitos', pero prácticamente las sanciones son mínimas. Es de una multa, hacer un trabajo social, ayudar a una institución sin fines de lucro... entonces, son tan mínimas que se vuelve una ley muerta", expuso el experto.

Zúñiga externó su preocupación porque supuestamente este tipo de incidentes no quedan registrados en el expediente de los agresores, lo que podría permitir la reincidencia sin consecuencias mayores.

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