El feminicidio de Rebeca Castillo Hernández, de 34 años, en Llanos de Santa Lucía, Cartago, ha conmocionado profundamente a Costa Rica este viernes 4 de octubre.
El trágico hecho no sólo acabó con la vida de Castillo, sino que también dejó herida a su madre, una mujer de 57 años, identificada con el apellido Hernández, quien actualmente se encuentra hospitalizada en condición delicada.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) informó que ambas mujeres fueron atacadas con un arma blanca en su residencia, cerca de las 6:10 a.m. de la mañana.
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El agresor, quien posteriormente fue detenido, es la pareja de la víctima, un hombre identificado con el apellido Johnson, de 37 años. El sospechoso se entregó voluntariamente a la delegación de la Fuerza Pública poco después del ataque.
La madre de Rebeca, tras sufrir múltiples heridas, fue trasladada de inmediato al Hospital Max Peralta en Cartago, donde permanece bajo cuidados intensivos.
Según el centro médico, su estado es de cuidado, aunque no se considera crítico.
"La usuaria sigue recibiendo atención en este centro hospitalario y su condición es cuidado pero no crítica. Por un tema de confidencialidad de la información no podemos ampliar detalles", confirmó el centro a Telediario.cr.
Rebeca Castillo Hernández era una costarricense de 34 años, madre de dos hijos pequeños: un niño de cuatro años y un bebé de un año y medio.
Llevaba siete años de matrimonio con el presunto agresor, quien ahora enfrenta cargos por feminicidio.
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Según el informe preliminar del OIJ, Castillo sufrió múltiples heridas en diversas partes del cuerpo, incluyendo el abdomen, tórax, muslo izquierdo, cadera y un brazo.
Su cuerpo fue trasladado a la morgue judicial para realizar la autopsia correspondiente.
La noticia ha generado un gran impacto en la comunidad, no solo por la brutalidad del acto, sino también por la situación de vulnerabilidad en la que quedan los hijos de la víctima.
El Patronato Nacional de la Infancia (PANI) informó que ha activado los protocolos necesarios para garantizar el bienestar de los menores.
Según un comunicado, los niños han sido puestos bajo protección del Estado y se encuentran en proceso de ser ubicados en un entorno familiar temporal.
Asimismo, el PANI ha desplegado a un equipo de cuatro profesionales, entre trabajadores sociales y psicólogos, desde las oficinas de Paraíso y Cartago para atender de inmediato a los menores y asegurar que reciban el apoyo emocional necesario tras esta tragedia.
Este caso vuelve a poner sobre la mesa el preocupante aumento de los casos de violencia de género en Costa Rica, donde los feminicidios continúan cobrando vidas y dejando cicatrices profundas en las familias y comunidades afectadas.
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