Un hombre y una mujer, de apellidos Luquez Pérez y Cordero Ramírez, respectivamente, fueron condenados hoy a 35 años de prisión por el delito de homicidio calificado, tras ser hallados culpables de la muerte de su hijo de tan solo dos meses y 11 días de nacido.
El caso, que ha conmocionado a la comunidad de San Carlos fue investigado por la Fiscalía Adjunta de Atención de Hechos de Violencia en Perjuicio de Niñas, Niños y Adolescentes (FANNA) en conjunto con la Fiscalía Adjunta de San Carlos.
Los hechos ocurrieron antes del 17 de mayo del 2023, cuando los imputados llevaron al menor al Hospital de San Carlos, alegando que el niño presentaba problemas de salud.
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Debido a la gravedad de las complicaciones, el pequeño fue trasladado de emergencia al Hospital Nacional de Niños en San José.
Sin embargo, pese a los esfuerzos médicos, el bebé falleció ese mismo día, aproximadamente a las 10:00 p.m.
La investigación reveló que la muerte del menor no fue resultado de causas naturales.
El niño presentaba múltiples fracturas en diversas partes del cuerpo, además de hemorragias internas, lo que llevó a los médicos a sospechar que había sido víctima de agresiones severas.
Las diligencias realizadas permitieron acreditar que el bebé falleció a causa del síndrome del menor agredido, un diagnóstico que señala que las lesiones fueron infligidas de manera intencional.
Este síndrome es uno de los indicadores de abuso infantil más graves y se caracteriza por la presencia de lesiones múltiples y repetitivas, como fracturas y traumatismos.
¿Cómo avanzó la investigación?
El juicio puso de manifiesto la crueldad con la que el menor fue tratado, generando un profundo rechazo en la comunidad.
La Fiscalía expuso pruebas contundentes que vincularon a Luquez Pérez y Cordero Ramírez con los abusos físicos que terminaron con la vida del bebé.
A lo largo del proceso judicial, se detallaron los hechos que llevaron al fatídico desenlace, incluyendo testimonios de especialistas médicos y forenses que confirmaron la gravedad de las heridas sufridas por el niño.
Durante el juicio, la defensa intentó argumentar que las lesiones habían sido producto de accidentes domésticos, pero las pruebas presentadas desestimaron esa versión.
Los jueces determinaron que las acciones de los acusados fueron deliberadas y con el claro objetivo de causar daño al menor.
Mientras la sentencia se vuelve firme, ambos sentenciados permanecerán en prisión preventiva, asegurando que no puedan evadir la justicia.
Este caso ha reavivado el debate en el país sobre la necesidad de fortalecer los mecanismos de protección a menores, así como la importancia de identificar señales tempranas de maltrato para prevenir tragedias como esta.
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