El Atlético de Madrid, superior de principio a fin y con algo de fortuna en los dos primeros goles, fulminó al Levante en un partido en el que fue superior en todos los aspectos del juego.
El equipo de Diego Simeone, que con este triunfo adelanta al Real Madrid en la tercera posición por la diferencia de goles, se sintió cómodo desde el comienzo, encontró espacios al contragolpe y frustró cualquier tentativa en ataque de un Levante con poco fútbol y menos suerte.
Un tanto en propia meta nada más comenzar el encuentro y un error defensivo a la media hora pusieron el choque en manos del Atlético, aunque al margen de esas circunstancias favorables el equipo madrileño se hizo acreedor de un triunfo holgado en su visita al Ciutat de València.
Aunque al descanso todo parecía resuelto, el conjunto madrileño no se conformó y su superioridad le permitió ampliar el marcador en la reanudación de forma contundente.
El partido comenzó controlado por el Atlético de Madrid y el 0-1 llegó pronto. Fue en un buen contragolpe en el que se vio favorecido por el infortunio del Levante, ya que Róber Pier marcó en propia meta un balón que bien podía haber enviado a córner.
Bien se le ponían las cosas al equipo madrileño, que mantuvo su dominio hasta mediado el primer periodo, cuando los locales se sacaron de encima la losa del gol en propia meta y empezaron a aproximarse a la meta de Oblak aunque sin pasar de tener un par de tímidas opciones en ataque.
Si embargo, el Atlético, en un contragolpe, asestó el segundo mazazo al Levante. Nuevamente hubo error defensivo, ya que Chema falló un despeje y Gameiro marcó a puerta vacía.
Con el 0-2 en el tanteador, el Atlético se centró en controlar al rival y tratar de llegar en algún contragolpe a la meta de un Levante espeso en su juego y que cifraba sus opciones a los córners y las faltas lejanas, aunque sin resultado alguno.
La misma tónica de juego se mostró al comienzo de la reanudación, ya que el Levante no encontraba la forma de aproximarse a la meta de un rival ordenado, con las días claras y dispuesto a no correr riesgos aunque sin renunciar a encontrar espacios a la contra.
El Atlético amplió la cuenta con una gran jugada que culminó Gameiro solo ante Oier y que cerró el choque con todavía media hora de juego por delante, aunque ese no fuera el último tanto del encuentro.
Poco después, una llegada de Gameiro acabó con el 0-4 marcado por Griezmann, quien, de inmediato, hizo el quinto para su equipo ante una defensa que, al margen de la calidad de los atacantes rivales, no tuvo su noche.
Los minutos finales solo dieron para esperar si el equipo local era capaz de batir a Oblak en una acción aislada o si el visitante resolvía con un nuevo tanto alguno de los contragolpes de que dispuso.
El Levante naufragó y el Atlético de Madrid salió más que reforzado de un partido en el que hizo un gran fútbol y se dio un festín de goles y que acabó con las gradas medio vacías.
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