El maratón de Nueva York se presentaba ensombrecido por el atentado ocurrido en la ciudad el martes, pero las ganas de superación y la resiliencia impulsaron los ánimos de los participantes, entre los que estrenaron victoria dos atletas, y de los espectadores, que se contaron por cientos de miles.
"Ha sido una semana dura para los neoyorquinos y para la nación, y pensé que qué mejor regalo que hacer sonreír a Estados Unidos hoy", afirmó Shalane Flanagan, que lució emocionada la bandera estadounidense sobre sus hombros tras cruzar ganadora la línea de meta, un hito que no se veía en la prueba femenina desde 1977.
Flanagan, de 36 años, encabezaba la carrera junto a la keniana Mary Keitany, campeona durante las tres últimas ediciones, y la etíope Mamitu Daska, que quedaron segunda y tercera por 1:01 y 1:14, respectivamente, tras la marca de 2h26:53 de la vencedora.
Recuperada de una lesión que le impidió competir hace unos meses en el maratón de Boston, la estadounidense sacó una energía imbatible a partir del kilómetro 35 y dejó atrás a sus rivales en la que era su segunda incursión en Nueva York.
Lejos, aunque se tratara de unos metros, quedaron las aspiraciones de encadenar un cuarto título para Keitany, quien señaló haber tenido un "problema" el sábado por la tarde que le impidió rendir "como quería" en la carrera, donde a pesar de todo obtuvo una marca de 2h27:54.
Una historia de superación escribió también este domingo el keniano Geoffrey Kamworor, campeón masculino, que no podía contener la sonrisa al relatar cómo creyó en sí mismo para seguir adelante en el tramo final, con su compatriota Wilson Kipsang pisándole los talones.
"Llegamos a Central Park y lo vi en la pantalla, vi que venía Wilson. Lo que yo tenía en la mente era que tenía que creer en mí mismo, en que soy un corredor de fondo y debería tener la velocidad suficiente para hacer un sprint", recordó.
El keniano de 24 años, que contaba con seis grandes certámenes en su currículum pero ninguno ganado, se declaró feliz de obtener su primer triunfo en Nueva York con un tiempo de 2h10:53 y aseguró que repetiría en 2018.
Sorprendió la retirada por lesión del favorito, el eritreo Ghirmay Ghebreslassie, quien hizo historia en 2016 al convertirse en el ganador más joven del maratón a los 20 años de edad y que se había sometido a cirugía hace unos meses.
El atleta estadounidense de 42 años Meb Keflezighi, que corría este domingo su último certamen como profesional y al que homenajearon varios corredores, entre ellos Flanagan, apuntó que Ghebreslassie se esforzó pero algún "movimiento rápido" le costó la carrera.
Keflezighi, que cayó al suelo al cruzar la línea de meta, destacó la "resiliencia" de Nueva York y la "celebración" del deporte por encima de las dificultades. "La fortaleza de Boston y Nueva York salió hoy con esa energía electrizante para animarnos. Tenemos que seguir adelante", añadió.
El maratón configuró un paisaje urbano inusual en Nueva York, con más de 50.000 corredores, según cálculos provisionales, atravesando sus principales avenidas cerradas al tráfico como si intentaran alcanzar el punto de fuga de un dibujo.
A cada lado de las calzadas, cientos de miles de espectadores, en total más de dos millones, aguantaron la lluvia intermitente y el fresco clima para infundir ánimos a los participantes o darles una calurosa bienvenida en la línea de meta, situada en Central Park.
Con motivo del ataque terrorista con una camioneta que provocó ocho muertes el martes, las autoridades reforzaron por tierra, mar y aire la seguridad del maratón, el más populoso del mundo, gracias a lo que el evento discurrió sin que se produjeran incidentes serios.
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