Un golazo de Asier Illarramendi, con derechazo repleto de efecto desde la frontal tras el rechazo en un saque de esquina, fue el broche con triunfo de España en una clasificación perfecta al Mundial de Rusia (0-1), premiando el ímpetu por vencer en un encuentro sin nada en juego.
España se impuso en un partido complejo de jugar, con la clasificación al Mundial ya en el bolsillo y un once repleto de novedades, sin jugadores que marcan su identidad. Su fútbol caía siempre hacia el costado izquierdo. Allí estaba posicionado Marco Asensio, el futbolista que más lo intentó y que más magia tenía para desplegar hasta que Isco entró en escena para poner luz.
El arranque de partido era un claro mensaje español. Un minuto y 50 segundos de posesión desde que sacó de centro. Un despeje con apuros de Israel y vuelta a la posesión de la Roja. En su paciencia con el balón y la creación de oportunidades radicaría el éxito. Le acabó faltando fluidez y vías de conexión con Aduriz, una isla en punta que se desenganchaba de la zona del 9 para poder tocar el balón y tener protagonismo.
Israel se defendía con coraje. Líneas juntas y el contragolpe como apuesta para buscar sorprender al líder de grupo. Su decepcionante fase de clasificación podía tener un cierre honroso y lo buscó. Se mantuvo en el partido gracias a Harush, portero muy criticado que estuvo firme. Respondió a un zurdazo de Asensio, sacó de puños otro de Pedro, al que le venció en un mano a mano que representó la ocasión más clara del primer acto. Voló a un disparo de Ramos centrado pero con peligro al caer del cielo con veneno. Era el gran protagonista.
Cualquier error con balón de España era castigado con velocidad por Israel. Atar avisaba con un centro chut que no encontraba rematador, Reina estaba firme al disparo de Cohen y cuando ganaba confianza ante su afición, Natcho chutaba cruzado arriba y Hemed no llegaba por milímetros a un centro en boca de gol. Los seguidores pasaban de los silbidos iniciales por la decepción con sus jugadores a vibrar.
España necesitaba subir su nivel competitivo. Lopetegui quería el triunfo que certificase una clasificación perfecta. Retiraba un defensa al descanso, quitando a Ramos, y buscaba pólvora metiendo a Iago Aspas. Defensa de tres y a por el gol.
Los riesgos los quería aprovechar Israel que arrancó con una acción del omnipresente Nacho, asistiendo al remate de Hemed. Se estrenaba con España Jonathan Viera que lo intentaba intentando devorar cada minuto de la oportunidad que tanto esperaba. Detalles de alta calidad técnica en la primera parte, cuando dejó solo a Pedro, y buscando el gol en la segunda. Con toda la intención en su disparo pero sin encontrar puerta.
El peligro seguía en botas de Asensio que regalaba el gol a Aduriz pero, con todo a favor, no acertaba a conectar el esférico. Dejó su puesto a Isco y todo cambió. Se siente el líder. Sale al césped y pide la pelota para que todo el juego pase por sus botas y por su visión privilegiada. Derribado con un choque a destiempo y un agarrón por el hombro a sus dos primeros balones. No desesperó pese al cabreo y lo devolvió con fútbol.
España arrinconó a su rival hasta que consiguió el premio. Aspas lo buscó de chilena pero fue Illarramendi el que sorprendió con un disparo de empeine y un efecto de dentro a fuera imparable. Los intentos de orgullo finales de Israel no tuvieron premio y el colegiado anuló un segundo tanto, de Asensio, tras pase de un generoso Callejón.
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