El delantero del Atlético de Madrid Antoine Griezmann asegura en su biografía que en el club rojiblanco lo tiene "todo para ser feliz", admite que aprende "a diario" con Diego Simeone y quiere "seguir haciéndolo", pero recalca que, aunque tiene contrato hasta 2022, no excluye nada.
Escrita en primera persona, en colaboración con el periodista Arnaud Ramsay, Griezmann desvela en "Detrás de una sonrisa. La vida del Principito contada por él mismo", biografía autorizada que se pone hoy a la venta, su recorrido desde sus comienzos en Macon hasta su llegada a la cumbre, tras lograr -como él indica- comer en la mesa de Messi y Cristiano.
El delantero rojiblanco mantiene, en un último capítulo que titula "Elogio de la Libertad" que aún no ha decidido cuál será su futuro y que "dependerá de varios factores".
Griezmann, que desvela que Pep Guardiola le quiso para el filial del Barcelona y que, tras el Mundial de Brasil 2014, pudo fichar por el Tottenham, que pensó en él para sustituir a Gareth Bale, asegura que en el Atlético es "una familia" en la que se siente bien, "con un proyecto que sigue desarrollándose".
"En junio de 2017 prolongué mi contrato. Estoy ligado al club hasta 2022. Aunque me falten títulos, aquí lo tengo todo para ser feliz. Lo cual no quiere decir que no me vaya un día. No he tomado la decisión. Todo dependerá de varios factores", afirma.
"Por mucho que repita que estoy encantado en el Atlético, que tengo un gran entrenador y unos grandes compañeros, me preguntan regularmente por mi futuro(...) Comprendí (en la Real) que evolucionaba con demasiada comodidad. En el Atlético no es así, pero no excluyo nada", agrega el atacante que, respecto a las informaciones que le situaban en la Premier, destaca: "No tengo nada en contra de Inglaterra, aparte del clima. El Manchester United es una posibilidad".
Lo único que tiene claro, de momento, es que concluirá su carrera en Estados Unidos, como hizo su ídolo David Beckham por quien luce el "7" y cerca de Derrick Rose, a quien admira en la NBA. Al respecto, ya ha hablado con David Villa.
El internacional francés se muestra, asimismo, agradecido a la Real Sociedad, que le dio la oportunidad de convertirse en jugador tras ser rechazado en Francia por varios clubes por su corta estatura, desvela que lo pasó muy mal cuando escuchó en Anoeta "Griezmann, muérete" y admite que "gracias a Simeone" ha llegado a ser el jugador de elite que es en la actualidad.
"Aprendo a diario de él y quiero seguir haciéndolo. Si se hubiera marchado el verano de 2016, tal vez yo le hubiera imitado", asegura en su biografía.
"El Principito", que dice que no se siente "un verdadero 9" y, por eso, "el gol no es una obsesión", revela que, de niño en Macon, imitaba las celebraciones de Fernando Torres, con quien comparte plantilla y a quien pidió consejo.
Y, pese al tiempo transcurrido, asegura que aún se sigue "sintiendo culpable" por haber fallado el penalti en la final de la Liga de Campeones contra el Real Madrid. "Si hubiera empatado, como era de prever, habríamos ganado el partido", sentencia.
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