Al finalizar la temporada anterior el volante de costarricense Bryan Ruiz, decidió quedarse con la selección nacional y no regresar al Sporting de Lisboa para realizar la pretemporada según se lo había solicitado este club.
Ruiz intentaba proyectarse en el mercado de los Estados Unidos para concretar una oferta que le permitira jugar en el segundo semestre del año 2017 y quedar libre para la temporada de invierno, asegurando tanto sus ingresos durante el receso, así como la participación en la selección nacional previo al mundial Rusia 2018.
Esa decisión le costó su puesto en el Sporting. El técnico del equipo decidió dejarlo fuera tras considerar que Bryan no tenía como prioridad el club pero si la selección, el mundial y alguna oferta en los Estados Unidos.
Hoy los costarricenses desean que el Sporting pierda todos sus cotejos pues con la decisión del DT hace que el jugador costarricense se entrene sin balón, solo la parte física y sin competencia.
Si analizamos el tema, Bryan cavó su propia sepultura. En la vida tomamos decisiones y debemos estar preparados para las consecuencias. Hoy la figura de la "Sele" se quedó sin la chicha y sin la limonada. No tengo idea si la decisión fue del propio jugador o de su representante. Muchas veces influyen las voces familiares; lo cierto del caso es que Ruiz no acertó en su decisión y ahora debe aceptar las consecuencias.
Bien o mal, los ticos tienen el derecho de desear las derrotas o victorias del Sporting, pero es importante que se tome en consideración lo que nosotros habríamos hecho en los zapatos del técnico al finalizar la temporada anterior y tras la decisión de Ruiz que quedarse en Costa Rica para asistir a la Copa Oro.
Al considerar el futuro del jugador es fácil explicar que la proyección que le brinda un mundial de fútbol a cualquier seleccionado es bastante alta, sin embargo, la previa, la preparación, los antecedentes, las decisiones que los jugadores hacen y toman ya no quedan en el oscurantismo.
Las empresas (clubes) que deseen los servicios de Bryan tomarán en cuenta las decisiones que tomó y la posición en la que dejó a su club. Por otra parte, el no tener competencia le puede afectar en su rendimiento durante el mundial y con ello su aspiración de alcanzar un nuevo contrato internacional.
No cabe la menor duda que Bryan es un jugadorazo, una persona sencilla, humilde y honesta, pero es importante indicar que la decisión que tomó en este caso será uno de los momentos que jamás olvidará el capitán de la sele.
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