Eran las 5 p. m. del pasado sábado 21 de octubre, cuando una mujer identificada con el apellido Barrantes, salió de su lugar de trabajo en Atenas rumbo a Grecia.
Muy cerca de ella, viajaba en motocicleta otro compañero de trabajo, quien la acompañaba en la ruta. Barrantes portaba ese día ₡200 mil de las ganancias del día.
Al pasar por la represa de Santa Eulalia, ambos fueron interceptados por dos vehículos, desde donde se bajaron varios sujetos que estaban armados y procedieron a amenazarlos. A él lo montaron en un vehículo, para luego abandonarlo en un motel en Río Segundo de Alajuela, mientras que a ella la obligaron a llevarlos a su casa, ubicada en Calle San José de Grecia, donde se hallaban cinco personas, entre ellas dos menores de edad.
Durante todo el camino, los sujetos le insistían preguntándoles sobre joyas y dinero, además le hacían mención a la esposa del empresario de apellido Solano, quien es el dueño del lubricentro donde Barrantes labora y que vive cerca de la vivienda de la mujer.
A eso de las 7 p. m., tres sujetos ingresaron a la vivienda, registraron el lugar, pero no hallaron objetos de valor, por lo que procedieron a amenazar a los ocupantes de la vivienda. Las personas estuvieron retenidas por lapso de 20 minutos, pero procedieron a salir de la vivienda hasta las 09:00 p. m., cuando escucharon la presencia de los policías.
Por ahora, se continúa con la investigación del caso, y de acuerdo con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), los sospechosos huyeron fácilmente por la parte trasera de la vivienda, donde se encuentra un cañal.
Además, los agentes judiciales procedieron a contactar a la familia Fallas Solano, dueños del lubricentro, para informarles sobre el interés que tenían los sospechosos en acceder a ellos.
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